
Algunas veces me pongo a escribir un post sobre algo que me interesa y o bien el trabajo me interrumpe o simplemente divago tanto que no sé a donde llegar.
El 5 de septiembre empecé a escribir este post que se llamaba Churumbeles:
"Cuando tienes treinta años, un trabajo más o menos estable y una casa y una mujer, lo quieras o no los hijos pasan a colarse en el lector de feeds de tu vida.
Recuerdo perfectamente cuando nos explicaban en marketing el tema de la percepción selectiva y más concretamente como podías no haberte fijado jamás en la existencia de un producto o servicio y cuando de pronto te interesa pasas a verlo en todas partes. Algo así me pasa a mí con los hijos; hasta hace no mucho no había pensado en el tema pero es una suscripción que no eliges y cuando llega mucho me temo que llega para quedarse.
De entre los muchos temas de máximo interés que tienen los críos: el imparable desarrollo de esas sillas con ruedas para arrastrarlos cuando no andan, el problema de la carencia de vitamina D en la leche materna, etc., etc. Hay uno en particular que es bastante transversal y en el que he pensado bastante desde que mi hermana trajo al mundo a mi sobrina, y es como afrontan los padres el desarrollo y formación de sus hijos y como afrontamos lo demás las diferencias de criterio que existen.
Dado que las opiniones son como los culos; todo el mundo tiene una. Cada uno se las apaña como mejor puede para afrontar ese océano de dudas y preguntas que debe ser encontrarse con el churumbel llorando a las tantas de la mañana, a solas tú y él tratando de explicarte algo de vital importancia a base de berridos, o tal vez ni siquiera eso, tal vez tan solo intentando mantenerte pendiente el máximo tiempo posible.
A algunos padres hacen el payaso, otros se acuestan a su lado, otros les dejan llorar, otros reducen el porcentaje de omega 3 en su dieta,
A mí particularmente me gusta"
Y ahí paré, en serio, paré ahí. "A mí particularmente me gusta" ¿qué cojones me gusta? Me pregunto si estaba a puto de descubrir el santo grial de la crianza infantil y lo dejé así, a medio hacer, ¿cómo se te ocurre dejar esa perla de sabiduría inacabada?¿por qué no terminé el maldito post? Ahora no tengo ni puta idea de lo que voy a hacer cuando se ponga a berrear, malditos borradores!