10/1/09

Sin saber por qué

23:32 Ludofiana no sabía si mañana iba a ir a trabajar, tal vez no fuera, tal vez se quedara en la cama con su cari y dijera que no podía ir, que le había picado un mosca tse tse en su último viaje, no estaba segura de haberse ido de viaje, hacía tiempo que no viajaba, iría a Paris, pronto, de eso estaba casi segura.


00:27 Ludofiana caminó flotando sobre la manta de nubes segura de no necesitar ningún destino, las lagrimas de placer escurriendo por las mejillas sonrosadas la luz irisada tiñendo el horizonte de matices sensibles e imposibles y saltó....
saltó sobre la duda de su existencia y la humanidad entera, saltó sin temor a caer a ningún sitio porque no había ningún temor porque todo el mundo estaba en sus manos.

02:53 Ludofiana se asomó a la plaza; la facción oscura estaba a punto de detonar el explosivo plástico adosado a la base de los pilares principales del Chrysler, miles de personas morirían hoy si no hacia algo para evitarlo.
Recorrió los 200 metros que la separaban del primero de ellos en 2,6 attosegundos, un golpe seco con el anular y el índice bajo la oreja izquierda bastó para noquearlo, apenas 2,3 segundos después el resto de los asaltantes estaban esposados frente al 26 de Federal Plaza, les resultaría muy difícil explicar explicar al FBI para qué pensaban usar 200 kilos de C4. Una sonrisa iluminó su rostro al recorrer la 5ª camino a casa.

04:19 Ludofiana deslizó su dedo índice lentamente para apartar el flequillo de la frente del bebé, le miró desde su cuna con la seguridad perenne del que tiene todo lo que desea delante de sus ojos y le regaló una sonrisa que le atravesó el pecho como un vendaval de dicha que inundó su habitación, su casa... su vida.

06:14 Ludofiana trató de sujetar a su jefe mientras este asestaba un golpe tras otro sobre la frente de su hermano, - "Está mal archivado, está mal archivado!!". Le gritaba, absorto por su propia psicosis mientras su ojos destilaban terremotos de furia.
Ludofiana lloró impotente incapaz de alcanzarle, pregúntándose por qué estaba pasando todo eso, mientras la sangre teñía de rojo el verde turquesa de la oficina.

06:40 Ludofiana se levantó enfadada y nerviosa, enfadadada y molesta, irritada y nerviosa. Y seguía así cuando se despidió de su cari refunfuñando, y así seguía cuando llegó a la oficina y saludó a su jefe con una sonrisa forzada, recordando la sangre y los golpes sin sentido.

No recordó que iba a ir a París, ni que tuvo el mundo en sus manos, ni las vidas salvadas en la gran manzana, ni el vendaval de dicha de una sonrisa... Pero allí estaban, y tal vez una brisa a media mañana le entregue un recuerdo, y se preguntará por qué, esa lagrima de placer se escurre por su mejilla.