24/6/08

Dejar atrás los treinta (2)

Ya apenas quedan horas para dejar los treinta
y por algún motivo me siento más que nunca
avocado al chequeo, al balance de daños
a revisar los cargos y abonos de mis cuentas.
Ya solo restan horas no creas que me molesta,
es solo que mi vida ha sido y sigue siendo
un revisarlo todo, un permanente análisis
y toca ir repasando mi plan de contingencias.

Para empezar toquemos el tema preferido
el de cuantos quedaron de mis amigos
nunca olvido esa frase que me dijo mi padre
"quedarán tres o cuatro a los que confiarte".
Te confirmo de nuevo, Papá te equivocaste,
ya no cumplo los treinta y aún me duran bastantes,
de los que compartimos más que vino y excesos
allá en Simón García entre polvo y complejos;
No les traté muy bien, les hice poco caso,
me centré en mis asuntos y en el trabajo
y a pesar de apartarlos por tonterías,
aún me siguen brindando su voz, su compañía.



No están todos los que son por supuesto, y las dos de arriba son de Luis por cierto.

23/6/08

Dejar atrás los treinta

Te puedo decir que no me place,
que no me hace feliz pasar los treinta
y ver como me dejo en el camino
mi gracia, mi frescura y mi inocencia.
Te tengo que admitir que ya voy tarde,
que no cumplí unos cuantos de mis sueños,
las deudas que hace tiempo te juraba
se van acumulando sin remedio.
Te tengo que pedir que me recuerdes,
lo que te dije en un banco del recreo,
entre las diez y diez y las y media,
son promesas que casi ni recuerdo.
Te tengo que contar que no estoy ciego,
que tengo en la balanza otros consuelos
pero pasan los años y estoy lejos,
de dar por por satisfechos mis deseos.
Hoy tengo treinta años y mi bolsa,
no está desierta de errores y de aciertos
pero haré treinta y dos y para entonces,
juro que habrá de estarlo mucho menos.

Paloma, ya te llamo para la animación.

21/6/08

Amaral

Vas pensando en pasar un rato y vuelves diciendo "como berrea la perraca". Espectacular el concierto de Amaral, flaco favor le hacen en los 40 machacándome hasta odiarla, si no hubieramos ido "por cortesía" no creo que hubiera desembolsado los 32 pavos "jamás".
Pero es verlo y recapacitar.
Se salen.

15/6/08

Risa floja

Me apetece una ración de risa floja.
De esa risa que inunda las salas
y se transmite en oleadas primero a los que oyeron
el detonante, el argumento, la chispa del reguero
y luego contamina también a los ausentes, los despistados.
La risa y la catarsis, me apetece una ración de catarsis chero.

11/6/08

Volvímos de Londres

De Londres 2008

Ya volvímos de Londres, de nuestro viaje fugaz pero intenso a la ciudad de las cabinas rojas.
Yo al menos fui un poco en guardia, porque en esta prisión psíquica que es mi empresa, mis relaciones con los reclusos anglófonos me han dado más pesares que alegrías; pero me confieso converso.
Con el turbo puesto y el pulgar magullado nos hemos pateado lo que hemos podido:
Dudamos frente al plano del tube en la parada de High Kensington, entre el Eastbound y el Westbound de las Circle y District Lines.
Escupimos a los pies del almirante Nelson en Trafalgar Square.
Admiramos el Parlamento y la torre relojuda desde el otro lado del puente de Westminster e incluso desde lo alto del London Eye, abreviatura sin duda de "London wheel that costs an Eye of the face".
Prometimos no pensar en New York ante la menudencia de Picadilly.
Disfrutamos explorando Seven Dials y descubriendo ese rincón mágico de Neils Yard.
Nos partimos el cuello en los pasos de peatones ante la duda de prevenir la diestra o la siniestra, a pesar del letrero estampado a los pies que se empeñaba en transgredir la lógica pasmosa de la costumbre.
Vibramos con funambulistas, músicos y cuentistas en Convent Garden.
Nos maravillamos ante la audacia de los british con los tesoros griegos y los asirios, e imaginamos la cara de un indy cualquiera al descubrir ese grial de la historia en piedra rojiza.
Pasamos como un suspiro frente a los girasoles sin saber que se trataba de una autocopia, camino de la más interesante maja desnuda.
Descansamos en el desconocimiento y los bancos de nuestro tímido vistazo a la Tower of London y el fantástico puente de La Torre.
Lanzamos vistazos a cada oportunidad a la guapísima prima de fosteriana de la torre agbar.
Comimos kebab e hindú, italiano y americano, pero le hicimos ascos al fish and chips, a las beans con tomate y al roast beef.
Alucinamos entre camisetas, zapatos, llaveros, hebillas, colores, personas, razas y comidas a un la do y otro del canal de Candem.
Regresamos exahustos pero exultantes, jodidos pero contentos, tired but pretty excited y aquí tenéis la fotos por si os apetecen.

6/6/08

Nos vamos

En una horita nos vamos a Londres, ya nos hemos leído todo el rollo de normativa y con mucho pesar no nos podemos llevar ni el puño americano, ni el arpón de pesca submarina, ni el campig gas, ni el machete, ni el spray de defensa, ni las granadas de mano, ni ninguna de las demás herramientas que habitualmente llevamos de viaje. Lógicamente nos sentimos desnudos, desprotegidos y a merced de los hooligans ingleses, pero que se le va a hacer. Londres nos espera!

5/6/08

Oportunidad

Ayer, por no retrasar más un proyectillo urgente que tenemos, fuí a una reunión con los ingleses a pesar de estar de vacaciones (ahora me podéis decir tonto en los comentarios).
Acabada la reunión me estaban dando el follón con una cosilla, así que fuí a fumarme un cigarro antes de arreglarlo.
A la vuelta del cigarro hay que subir cuatro escalones, yo me tropecé en el cuarto y a punto de dar con el morro en el suelo, puse rápido el pie derecho lo que evitó la caída. Pero no puse el pie por la planta lo cual habría sido más recomendable, sino que más bien clavé el pulgar del pie derecho como principal punto de apoyo.
Como últimamente no he practicado mis dotes de bailarina ahora tengo el dedo hinchado y con unas cuantas rojeces poco alentadoras, además de un dolor considerable.
Vamos a ver al mediquito a ver qué dice, y mañana nos vamos a Londres. Ahora viene cuando me podéis decir imbecil en los comentarios.

2/6/08

Apocalypse Now

Cuando era pequeño; incluso no tan pequeño; mi madre era de esas que nos restringía mucho lo que veíamos en televisión.
Siempre recuerdo esos recreos del colegio en los que Oscar comentaba algo sobre Conan y una mujeruca debajo de una pieles de oso, Moi se regodeaba en los recuerdos de Emmanuel que habían puesto pocos días atrás o Miguel comentaba la carnicería de Rambo en no sé que selva. Yo miraba al suelo y silbaba lo de "...mucha fruta fresca hay que tomar..." o cualquier melodía del disimulo que se usara en su ausencia.
Yo no ví nada de eso, así que no sabía lo que era el olor del Napalm por la mañana, hasta que ayer, cansado de verla en mi lista de obras maestras pendientes del siglo XX en filmaffinity, me puse a verla.
A estas alturas uno sabe reconocer las cosas bien hechas más o menos, pero a mi juicio no basta con que las películas estén bien hechas. Me quito el peso de encima de haber visto a los americanos masacrando charlies en Vietnam y Camboya, pero la verdad es que no me gustó. Fueron 193 larguísimos minutos de paseos por la selva, de los que sin duda me quedo con los espectaculares de Robert Duvall y el lamento de que se dirijan tan bien, historias que me enganchan tan poco.
Dentro de nada voy con Platoon, espero que no me engañen de nuevo mis almas gemelas.